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El ajo es una raíz bulbosa que se denomina "cabeza" en la que se encuentran de 10 a 12 dientes o bulbillos, que puede llegar a alcanzar entre 30 y 40 cm de altura.
Tiene unas hojas macizas, a diferencia de las de la cebolla que son huecas. Son hojas radicales, largas, alternas, comprimidas y sin nervios aparentes.
El ajo no suele florecer pero a...
El ajo es una raíz bulbosa que se denomina "cabeza" en la que se encuentran de 10 a 12 dientes o bulbillos, que puede llegar a alcanzar entre 30 y 40 cm de altura.
Tiene unas hojas macizas, a diferencia de las de la cebolla que son huecas. Son hojas radicales, largas, alternas, comprimidas y sin nervios aparentes.
El ajo no suele florecer pero a veces, cuando se forma la flor, se encuentran en ella bulbillos, que reproducen la planta como si fueran dientes.
Contienen flores blancas y rosadas, cerradas antes de la floración en unas cápsulas membranosas con una punta alargada que se abre longitudinalmente en el momento de la floración y permanece marchita debajo de las flores y que se agrupan en umbelas, en cada flor presenta 6 pétalos blancos, 6 estambres y un pistilo.
Cada bulbillo se encuentra envuelto por una túnica blanca, a veces algo rojiza, membranosa, transparente y muy delgada, semejante a las que cubren todo el bulbo.
- Ajo blanco: son rústicos, de buena productividad y conservación. Suelen consumirse secos.
- Ajo morado: poseen las túnicas envolventes de color rojizo. No se conservan muy bien. Son más precoces que los blancos.
En ninguno de los casos se deben plantar ajos detrás de ajos, cebollas o cualquier especie perteneciente a la familia Liliaceae. Tampoco es recomendable cultivar ajos después de remolacha, alfalfa, guisantes, judías, habas, espinacas, ni después de arrancar una viña o una plantación de frutales.
Los cultivos precedentes al ajo que se consideran más adecuados son: trigo, cebada, colza, patata, lechuga, col y pimiento.
Las labores deben comenzar unos seis meses antes de la plantación, éstas deben dejar el terreno mullido y esponjoso en profundidad. Se tratará de una labor de arado profunda de 30 a 35 cm, seguida de 2 o 3 rastreadas cruzadas. Con esta primera labor se enterraran los abonos orgánicos.
El cultivo del ajo se siembra de octubre a noviembre, y de enero a marzo.
Los ajos se recogen a los 3-4 meses, cuando las hojas están secas. Este periodo de recolección coincide aproximadamente con el mes de junio.
El cultivo del ajo es recomendable hacer riegos ligeros y frecuentes (cada dos días). El ritmo de aplicación dependerá del clima, la edad de la plantación y el tipo de suelo.
Entre los 30 y 90 días se debe regar cada 4 o 5 días, aumentando de manera progresiva el tiempo de riego. Entre los 90 y 120 días se debe regar cada siete días más o menos, con aplicaciones de dos horas.
El nutriente que más necesita el cultivo del ajo es el nitrógeno, es recomendable aplicarlo durante el período de crecimiento vegetativo inicial, por su gran movilidad con el agua de riego en el suelo. El abonado del ajo se suele realizar en dos épocas: La primera se hace en el momento de la siembra o antes del primer riego de auxilio y la segunda de 50 a 60 días después de la primera.
Mildiu
Podredumbre Blanca
Raíz Rosa
Roya
Mancha Blanca
Polilla
Gorgojo del Ajo